Este 12 de agosto la Asamblea Nacional libanesa intentó sin éxito, por décima vez, elegir al Presidente del país. Una vez más, la falta de consensos entre los principales grupos políticos así como la falta de quórum, impidió que el parlamento pudiese llevar a cabo la elección del sustituto de Michael Suleiman, quien culminó su mandato de seis años el pasado 25 de mayo. Conforme al sistema electoral libanés y a la Constitución, el Presidente debe ser elegido por el Parlamento y para que dicha votación pueda tener lugar, se requiere de forma inicial la presencia de al menos dos terceras partes de los diputados, es decir, 86 de los 128 existentes. A la sesión del 12 de agosto, sin embargo, concurrieron solamente 56 parlamentarios. En casos como el presente donde se origina un vacío presidencial, corresponde al Consejo de Ministros, liderado actualmente por el Primer Ministro Tammam Salam, asumir sus funciones. Es importante tener en cuenta que Líbano es una República parlamentaria, donde los cargos y responsabilidades del gobierno son asignados de manera proporcional entre fuerzas políticas asociadas a distintas denominaciones. Es así que, de acuerdo con la Constitución, el Presidente, en su calidad de Jefe de Estado, debe ser cristiano maronita; por otra parte, el Primer Ministro, Jefe de Gobierno y designado a su vez por el Presidente, debe ser musulmán de la rama sunita; y finalmente el Presidente de la Asamblea Nacional (Majlis al-Nuwab) debe ser chiíta. La elección del 12 de agosto fue aplazada por parte del Presidente del Parlamento Libanés, Nabih Berri, para el próximo 2 de septiembre. Sin duda, a este conflicto político subyace el alineamiento de las dos coaliciones de partidos políticos más importantes de Líbano a favor, respectivamente, del gobierno de Bashar al-Assad y de los rebeldes en Siria. El objetivo de esta nota de coyuntura, en consecuencia, es explicar el funcionamiento del peculiar sistema político libanés, explorar las razones de fondo del estancamiento actual en la elección del nuevo Presidente y examinar algunas de las perspectivas de superación del mismo.