El 12 de julio, la Corte Permanente de Arbitraje emitió un fallo sobre el recurso presentado por la República de Filipinas el 23 de enero de 2013, conforme a lo dispuesto en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, a fin de que se pronunciara sobre las disputas territoriales que mantiene con la República Popular China en el Mar Meridional del Sudeste Asiático. La sentencia –cuya conclusión más importante fue la invalidez de los argumentos históricos utilizados por China para reclamar derechos de soberanía en dicho mar-, fue considerada como favorable para Filipinas. No obstante, tanto el fallo como el proceso de arbitraje fueron rechazados por China desde un inicio, bajo el argumento de que la Corte carece de competencia para pronunciarse sobre la materia. Si bien no existen mecanismos para aplicar la resolución de la Corte, el fallo podría sentar un precedente importante en una región en la que varios países mantienen reclamos similares contra China. Se cree posible que la resolución podría desestabilizar el sudeste asiático, una región con gran importancia comercial y económica, en la que existe una creciente militarización.