Después del Brexit en 2016, Europa inicia el 2017 con un calendario político-electoral determinante para el futuro de la Unión Europea y al establishment europeo surgido tras la segunda Guerra Mundial. Para comenzar, tres países clave celebrarán elecciones –Países Bajos, Francia y Alemania-, en el primero de ellos, los comicios son considerados como el laboratorio de lo que puede ocurrir en otros países de la región. Preocupa para la Unión, en estos tres países, el avance de la ultraderecha euroescéptica en cada uno de los procesos electorales, mientras otros ya se vislumbran como posibles focos de inestabilidad política continental. Las preferencias electorales hacia la ultraderecha derivan de la crisis de seguridad y defensa, que siguió a la económica en la región, y que en gran medida es consecuencia de diferendos relevantes sobre la postura frente a la crisis migratoria y de refugiados actual.