La operación militar en Irak marcó, junto con la invasión a Afganistán dos años antes, un importante precedente en la lucha internacional contra el terrorismo, pero también, desde entonces, se cuestiona la participación militar de Estados Unidos en conflictos alrededor del mundo, especialmente en Medio Oriente. En Irak, la ofensiva significó el cambio de régimen y el inicio de una nueva etapa de inestabilidad política, violencia y crisis económica.