Las familias y los infantes se ven forzados a tomar la decisión de abandonar sus países de origen debido a diversas situaciones tales como son los conflictos internos, inseguridad, pobreza, entre otros. Las rutas migratorias que toman los migrantes, generalmente, no son seguras por lo que recurren a medios informales que ponen sus vidas y su seguridad en riesgo. Por ello, es importante la protección de las niñas, niños y adolescentes migrantes, principalmente, los no acompañados, ya que son los más vulnerables de sufrir abuso, explotación y violencia. En diciembre de 2017, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) señaló que aproximadamente unos 50 millones de niños y niñas se encuentran actualmente en tránsito en todo el mundo. De esta manera, el Organismo destaca algunas medidas y buenas prácticas en la materia llevadas a cabo por los Gobiernos regionales, locales y nacionales.