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Del 28 al 30 de junio jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), así como socios clave –entre ellos representantes de Finlandia, Suecia, Georgia, la Unión Europea, Australia, Japón, Nueva Zelanda y la República de Corea1–, mantuvieron un encuentro en Madrid, España, con la finalidad de establecer la dirección estratégica de la Alianza militar para la próxima década.

El 25 de junio los ministros de defensa de la Unión Europea —Francia, Reino Unido, Alemania, Dinamarca, los Países Bajos, Bélgica, Estonia, España y Portugal— firmaron una carta de intención que establece la nueva fuerza militar denominada “Iniciativa Europea de Intervención (IEI)”, propuesta por el Presidente francés Emmanuel Macron. Esta iniciativa se muestra como un nuevo paradigma para la defensa europea ante las amenazas que enfrenta Europa y tras las fisuras en el seno de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) bajo la era Trump, así como la burocracia de los mecanismos de defensa de la Unión Europea que limitan su acción.

El 28 y 29 de junio del año en curso, el Consejo Europeo se reunió en Bruselas con el fin de abordar algunos de los asuntos más apremiantes para los Estados Miembros de la Unión Europea. Además de discusiones en materia de seguridad y defensa, crecimiento económico y otros temas, las conclusiones que los integrantes de esta institución europea habrían de adoptar en materia migratoria sin duda alguna atrajeron la atención de la comunidad internacional, sobre todo, ante la evolución del contexto político interno de varios países de la región. En este sentido, el propósito del presente documento consiste en plantear los aspectos más destacados y principales resultados de la reunión celebrada en Bruselas, con especial énfasis en el estado que guardan actualmente las discusiones en materia de migración entre países del bloque comunitario y las conclusiones adoptadas por el Consejo en dicho aspecto.