El grave deterioro de la situación social, económica y política en Venezuela durante los últimos años ha ocasionado un significativo aumento en el desplazamiento de nacionales de este país a través de las fronteras internacionales buscando asilo y protección, sobre todo, a partir de 2017. Este éxodo ha impactado de manera particular -si bien no únicamente- a países fronterizos, al tiempo que la dimensión regional que estos flujos adquirieron en fechas recientes apunta a la evidente necesidad de desarrollar una respuesta que atienda las necesidades de protección de esta población en el exterior. Los países de América Latina, por su parte, cuentan con referentes históricos de suma relevancia para demostrar su solidaridad. Al mismo tiempo, no cabe duda sobre la importancia de contar con los recursos necesarios para responder a la contingencia inicial generada por este desplazamiento, al tiempo que se buscan soluciones que permitan a los venezolanos reanudar su vida en un entorno seguro y en libertad.